No es sencillo explicar con palabras lo que fueron los últimos días. María es muchas cosas. Recuerdos, imágenes, charlas, consejos, simpatía y autenticidad. Creo que hay que pedirle a Dios que las cosas inexplicables muten o por lo menos que nos de paz a los que todavía estamos atónitos.
María fue mi compañera desde jardín de infantes, prácticamente nos vimos crecer y cambiamos juntas.
Ella era tan única.
En el último tiempo nos estuvimos viendo poco, pero siempre estábamos en contacto, creo que en doce años no paso un mes sin que habláramos y nos pusiéramos al tanto.
Nunca me voy a olvidar de María, porque ella era simplemente ella.
Estoy feliz de haber compartido con vos tanto tiempo de mi vida, Maru, de haber confiado en vos. Gracias por haberme acompañado en tantos momentos, vos tenés ese encanto distintivo, gracias por no haber sido una persona más.
Y a los que estamos acá nos queda la tarea de esforzarnos por volver a verla, por ir a donde está ella. Cuando ese momento llegué, voy a abrazarla muy fuerte por todas las ganas que me quedaron de hacerlo acá.
Ustedes son unas personas tan admirables, tan fuertes, tan unidas. Cualquier cosa que necesiten, cuenten conmigo :)
miércoles, 22 de octubre de 2008
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